¿POR QUÉ REGALAMOS UNA MONA DE CHOCOLATE EL LUNES DE PASCUA?

Cómo nos gusta disfrutar de unos días libres a Semana Santa: Descansar, pasar tiempo con nuestra gente y sobre todo ¡comer la deliciosa mona de chocolate! Está claro que los postres dulces nos encantan, pero ¿por qué los padrinos regalan a sus ahijados este pastel tan y tan bueno? ¿Alguna vez te lo has planteado? Hoy te haremos salir de dudas y entender de dónde proviene esta tradición que nos hace seguir siendo tan golosos como siempre.

Ya lo sabéis: nos gusta remontarnos al pasado para descubrir los orígenes de las costumbres de Cataluña. Y hoy, viajamos al siglo XV, a pesar de que se sospecha que podría tratarse de una época más antigua, ¿sabes dónde? ¡Se dice que todo empezó en el antiguo Egipto! Los amigos y familiares, al acabar el invierno, se regalaban huevos decorados para celebrar el inicio del renacimiento de las plantas y el buen tiempo: la primavera.

Pero, empezamos por el principio. La palabra mona, etimológicamente, ¿qué significa? Proviene del latín y del árabe, concretamente de la palabra monus (latino) y mona, muna (árabe antiguo), y significa “provisión de la boca” y “regalo”. Así pues, el cristianismo antiguo siguió la tradición de los egipcios en la cual la mona representa el fin de las abstinencias de la Cuaresma, época en que no se podía comer huevos, leche ni carne. En definitiva, los huevos representaban el inicio del principio de la vida, es decir, la resurrección primaveral.

Cierto es que la manera de regalar este postre ha variado mucho. Tradicionalmente y como símbolo de protección, el Domingo de Resurrección y justo después de la misa, los abuelos y los padrinos regalaban una coca con un número de huevos duros de chocolate según la edad que tenía su nieto/a o ahijado/a, hasta la edad máxima de doce años. Cuando los niños celebraban la comunión, dejaban de recibir la mona. Estos huevos representan la losa que cerraba la tumba de Cristo, la cual se abrió el Domingo de Pascua.

El chocolate es el ingrediente estrella de este postre. Sin embargo, antiguamente, éstas eran una masa de coca que se cocinaban con pan común y azúcar como símbolo de fertilidad, sobre todo en el Aragón, lugar donde aparecieron las primeras monas. Fue entonces en el siglo XIX, en Francia, donde empezaron a hacer los huevos de chocolate y lo establecieron como costumbre, excepto en el País Valenciano y Murcia, que todavía cocinan el pastel como bollo con el huevo duro encima y, concretamente, se denomina “toña”.

Bien, ahora que ya sabes de donde proviene la tradición de la mona de chocolate, queremos saber a quien se la explicarás. Además, se dice que la mona tradicional no tiene que ser dulce: ¡también se puede comer acompañada de productos salados!

¡Os deseamos una Semana Santa muy feliz y que comáis muchas monas!